miércoles, marzo 25, 2009

las botas hoy no llevan uniforme

Estacionó un falcon verde y un torino frente al edificio de departamentos y bajaron unos cuantos con ametralladoras. El que miraba desde la ventana dijo:
- Hélène llevate a los chicos.
Le puso cargador al arma y se la pasó. Agarró las otras dos armas, salió al pasillo, llamó al ascensor, le apagó la luz, dejó las armas adentro y dejó la puerta interior mal cerrada para que no pudiesen llamarlo desde abajo. Hélène salía con el bebé y la nena de 4.
- Subí por la escalera, tratá de llegar a la terraza.
Ya se escuchaba el forcejeo en la puerta de calle. Hélène subió un piso y cuando escuchò la puerta rota y los pasos subiendo se detuvo y acariciò a la nena en la oscuridad para que no grite, el bebé dormía.
- Nos van a llevar- dijo el padre a la madre. La madre asintió.
- Mientras no se lleven a los chicos- sabían que a esa altura también picaneaban bebés para hacer hablar a los padres.
- Somos la policía- gritaron después de golpear la puerta del departamento, pero no eran la policía. Abrieron un poco para mirar como si quisieran ver alguna identificación, como si no supieran lo que iba a pasar y uno de los militares pateó la puerta y lo golpeó salvajemente mientras el otro agarraba a la mujer de los pelos, la hacía arrodillar y la esposaba. Otros pasearon las ametralladoras por el departamento.
- Nadie más.
Uno miró la planilla.
- 2 hijos- dijo.
- Están con la abuela- dijo el padre.
- Dónde vive la abuela?- preguntó uno que parecía estar a cargo.
- Para qué quie..- otro le pateó la cabeza
- Respondé la concha de tu madre o le volamos la cabeza acá mismo- gritó mientras presionaba el cañón del arma con que apuntaba a la mujer en la sien.
- Olazabal y cabildo, Olazabal 1405. 2ºd- mintió
Lo esposaron, les pusieron una capucha gris con olor a sangre y los bajaron a golpes por la escalera.
Una vez en la calle los metieron a cada uno en el baúl de un auto y salieron.

A esta altura me pregunto si es necesario seguir relatando, si alguien más necesita, como yo, saber lo que exactamente pasó. No me da lo mismo que a mis padres les hayan puesto grilletes en los pies o no, como me enteré hace poco. No me da lo mismo saber que por lo general esos grilletes tenián los bordes mal terminados, y cortaban al caminar. Y que les cambiaron el nombre por un número, entre otras cosas.
Pero no para quedar en el pasado, sino para respirar hondo y seguir.
Lo que sí estoy seguro que aporta es saber que dos personas fueron liberadas nada más que por el hecho de no demostrar miedo. Nada más que porque cuando le preguntaron a mi madre..

-Por qué está tan tranquila?
Ella respondió
-Estoy rezando