domingo, julio 19, 2009

Carné de identidad


Escribe
que soy árabe,
y el número de mi carné es el cincuenta mil;
que tengo ya ocho hijos,
y llegará el noveno al final del verano.
¿Te enfadarás por ello?

Escribe
que soy árabe,
y con mis camaradas de infortunio
trabajo en la cantera.
Para mis ocho hijos
arranco, de las rocas,
el mendrugo de pan,
el vestido y los libros.
No mendigo limosnas a tu puerta,
ni me rebajo ante tus escalones.
¿Te enfadarás por ello?

Escribe
que soy árabe;
Soy nombre sin apodo.
Espero paciente, en un país
en el que todo lo que hay
existe airadamente.
Mis raíces,
se hundieron antes del nacimiento
de los tiempos,
antes de la apertura de las eras,
del ciprés y el olivo,
antes de la primicia de la yerba.
Mi padre..
de la familia del arado,
no de nobles señores.
Mi abuelo es un labriego,
sin títulos ni nombres.
Mi casa es una choza campesina
de cañas y maderos,
¿te complace..?
Soy nombre sin apodo.

Escribe
que soy árabe,
que tengo el pelo negro
y los ojos castaños;
que, para más detalles,
me cubro la cabeza con un velo;
que son mis palmas duras como la roca
y pinchan al tocarlas.
Y me gusta el aceite y el tomillo.
Que vivo
en una aldea perdida, abandonada,
sin nombres en las calles.
Y cuyos hombres todos
están en la cantera o en el campo..
¿Te enfadarás por ello?

Escribe
Que soy árabe;
que robaste de las viñas de mi abuelo
y la tierra que araba,
yo, con todos mis hijos.
Que sólo nos dejaste
estas rocas..
¿no va a quitármelas tu gobierno también,
como se dice...?

Escribe, pues...
Escribe
en el comienzo de la primera página,
que no aborrezco a nadie,
ni a nadie robo nada.
Pero, que si tocas mi estómago
o el hambre de mis hijos
reaccionaré con rabia,
y devoraré la carne de quien a mí me robe.
¡Cuidado, pues...!
¡Cuidado con mi hambre,
y con mi ira!

En el medio de tiroteos, sangre y desaparecidos en Honduras, pudimos tomarnos una mañana para leer un poco de poesía. También hubo poemas de amor, en un pueblo perdido, sin nombres en las calles (casi un refugio) en una casa rodeada por el viento.

sábado, julio 18, 2009

En Casa Azul, Panamá


- Por esta casa pasó Gabriel García Márquez, escribió Pablo Neruda, Graham Greene.
Omar Torrijos formó aquí la brigada panameña Victoriano Lorenzo, que luchó en Nicaragua en el frente sur, y por el 78' vinieron montoneros de tu país para ir a luchar al frente norte, Victor Jara compuso aquí. En esta casa las tres facciones revolucionarias de Nicaragua se unieron definitivamente, después de varios intentos.
Mercedes Sosa cantó en esa galería... igual que Silvio Rodríguez- Don Carlos mira el mate como si fuera un objeto misterioso - Pablo Milanés, Hugo Chavez, Daniel Ortega,
el Che durmió algunos días, él tenía 25 años y yo 21, en 1953... era bastante callado. Le preguntó a José Aranda Clé, que es el autor de ése cuadro, "dónde está la revolución?" y José le respondió "en Nicaragua", se fue para allá y los corrieron- se ríe como si hubiera sido un juego cuando está hablando de balas-, se refugiaron en méjico y en méjico conoció a Fidel... osea que si no hubiera pasado por esta casa tal vez nunca lo hubiese conocido.
Tendría que escribir en algún lado toda la gente que pasó por aquí... ya es tiempo.
La casa azul esta llena de arte, y de ideas.

jueves, julio 16, 2009

En Nicaragua


- Qué me dice de la revolución sandinista?

El hombre bajo el sombrero se pone serio. Analiza al preguntador, que sostiene la mirada, y aparentemente aprueba.

- El revolucionario es un ser especial.

Puede ser que no conozca a Dios, pero vive lo que Cristo enseñó..

El revolucionario se entrega por otros,

dice "acá estoy" por el pueblo

el pueblo no lo entiende, a veces

lo que pasa es que el revolucionario cree en el compartir, no quiere que haya pobres

ama al pobre

el revolucionario es de corazón puro.

No tiene nada que ver con los ajustes de cuenta.

Yo estuve en la guerra.. cuando decían "necesito diez hombres para.." alzaba mi puño- el hombre vuelve a alzar el puño mientras lo dice- aquí tienes mi brazo.

No maté a nadie, cargué un compañero herido una vez. Apenas me empezaba a salir este bigote, y me agarró la guardia de Somoza, "ese bigote es guerrillero" me dijeron, "te vamos a matar por él" "si quieren hacerlo, háganlo" les dije, y ya me tenían así -une los puños y los alza, como si volviese a estar colgando- cuando apareció un oficial y preguntó por qué iban a matarme "porque parece guerrillero" "pues si parece, no lo es, y si no lo es, no lo maten"- entrecierra los ojos y se toma unos segundos para decir:

Yo comí carne humana..

la guardia de Somoza me dio a comer una sopa con carne de la que de golpe salió una mano. Ha visto la pata de gallina, cuando la cocinan, como se cierra?

- Sí

- Así

Hace una garra con su mano, como si todavía sintiera pena por aquel hombre.

Su mirada no tiene fondo