lunes, diciembre 11, 2006


Estacionó el auto, bajó y entró a la guardia. Los hijos estaban afuera con cara de no entender. Por ahí esperaban que él trajese un porqué, pero no traía. Así que abrazó y preguntó dónde está. Le mostraron y encontró al padre y a otra hija, con los brazos quemados. La imagen de mierda de un esposo y su hija, tratando de apagar desesperadamente a su esposa y madre que acaba de tirarse alcohol y un fósforo encendido le cruzó la mente y quedó como quedan las marcas del fuego... y eso que no era su madre ni su esposa. Cuando corrieron la cortina del box vio que estaba peor de lo que pensaba. De la cintura hacia arriba vendada, media cara quemada sin vendar.
- Padre, qué suerte que vino (para qué?, piensa, de qué puedo servirle en éste momento?)... no me quería ir sin verlo... me están por cambiar a una clínica... cómo me duele padre... no sé qué me pasó... no me va a abandonar, no? el jueves que viene no voy a poder, pero...
- Nos vemos el otro.
- Sí- rostro de alivio- gracias por venir.
Segundos de silencio, despedida. Abrazo al esposo que casi se larga a llorar, es su cumpleaños.
- Padre, hable con mi hijo Agustín que quedó muy impresionado.
Habla con el hijo sin saber qué decir. Le parece que si empieza con discursos sobre la fe se la va a hacer perder, así que no dice mucho, comparten simplemente que es un momento de mierda y que ojalá que pase lo antes posible. Agradecen que haya ido... entonces es simplemente ir, estar.
Tiene que ver una enferma en la cama 5. La ve y quiere desaparecer de ahí, así que cuando se cruza con una salida de emergencia trabada por varios precintos, saca una navaja, corta los precintos, la habilita y sale a la noche y a la soledad.
Mira al cielo. No suele preguntar nada pero esta vez pregunta. Venían haciendo humanamente todo lo posible, todo... qué falta? qué falta para dejar de sufrir? esa noche está cansado de ver sufrir...
Algún día se podrá descansar... esa noche vuelve a sonar el celular.

4 Comments:

Blogger Maris said...

Juan: Que triste y que real!
Para el comun de los mortales en esos casos, frente al dolor llega a preguntarse ¿donde esta Dios en esos momentos?.
Y es entonces donde rapidamente llega la respuesta. Para esa mujer seguramente Dios habitaba en ese momento a ese sacerdote que la vino a calmar cuando al verlo le dijo ...que suerte que vino padre...
Gracias.

diciembre 12, 2006 7:25 p.m.  
Blogger Juan Ignacio said...

Gracias a Dios cada tanto alguien hace de angel y nos rescata. como estás Maris?

diciembre 14, 2006 6:30 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

se me nublo la pupila juan, y tuve q tragar fuerte... q triste, no solo para ellos, sino tambien para vos, y creeme q Dios no llega a nosotros a los gritos, sino en la sencillez con q te hiciste presente en ese momento. Pesadilla.

abril 09, 2008 4:31 p.m.  
Blogger hna. josefina said...

¡¡¡!!!

diciembre 06, 2008 6:22 a.m.  

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