domingo, abril 02, 2006

Saludos

Alguien golpeó la ventana. La mujer de canas caminó lentamente para encontrar a nadie. Sin embargo hubiera jurado que...
Anochecía frío y gris. Volvió a la silla para seguir leyendo. Apoyó el libro en su regazo, mareó un poco más la cuchara en el té y miró hacia la ventana. Dos golpes la sobresaltaron, pero esta vez en la puerta.
- Sí?
Era su nuera.
- Acaba de fallecer, Hélène, lo siento mucho- y la abrazó.
Mi abuela siempre estuvo convencida de que mi bisabuela pasó a despedirse.