El niño que llevamos dentro

Por mi trabajo hay gente que viene y habla. Lo necesitan, o les hace bien, o siempre se hizo así. Simplemente vienen y hablan. A veces hablan cosas interesantes para el que las dice y el que las escucha, otras veces cosas interesantes para uno de los dos. Algunos días la capacidad de atención está saturada y se limita a asentir cada tanto, otras veces el que escucha recorre las situaciones con el que cuenta... va a su casa, a su pasado, a sus incendios.. a los rincones oscuros.
Hoy era de esos días en que la capacidad de atención estaba distraída por otras cosas.. pero de golpe el que contaba fue poniendo el corazón en lo que decía, y el otro se dió cuenta un poco..así que hizo un esfuerzo por poner el corazón en la escucha. Cuando el que contaba se dió cuenta que lo que había contado había sido recibido, que no había caído en saco roto, dejó inmediatamente de contar.. no necesitaba más, y sonrió con todo el rostro. Por un segundo, nada más que por un segundo, sonrió con mirada de niño. Es digno de verse.