lunes, julio 07, 2008

"Como quien oye llover"


El actor invita a alguna persona del público a jugar con él. No es la primera vez que interactúa con la gente que ya lo aplaudió varias veces desde que empezó la obra.
Acaba de decir que es difícil pedir porque muchas veces nos encontramos con un no. Y nos cansamos de pedir. El actor está pidiendo.
Finalmente una mujer levanta la mano, le agradece y la va a buscar. Mientras la lleva al escenario le hace preguntas para conocerla un poco, y le pregunta cuándo fue la última vez que la acunaron. Dice que hace rato no tiene padres y él responde que el juego es ése. Se sienta en una mecedora, y la invita a dejarse acunar. A recordar lo que era confiar en otro, animarse a recibir, descansar en otro.
Al principo todo el público se incomoda junto con la mujer. Después de años, dejarse acunar por un extraño es difícil. Pero ya pasó adelante, todos la están mirando, y lo hace. Se la nota tensa, él la invita a reclinar la cabeza sobre el pecho y a relajarse, y habla de acunar.. la sensación de seguridad, sentir el latido del corazón del otro, notar que respira, entrar en contacto con la vida del otro que nos cuida.
La escena es fuerte. Tan fuerte que hace recordar las veces que fuimos acunados. Tan fuerte que dan ganas de acunar a los que queremos.
Si alguien, con lo que hace, puede hacer crecer la vida, crece el sentido de lo que hacemos, sea actuar...o lo que sea.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ser sostenidos bajo cualquier circunstancia, buena, mala, linda, fea o peor.
Tener un lugar en el hombro y en los brazos de alguien donde apoyarnos y descansar y poder sentirnos aliviados para seguir el camino.
Gracias a quienes, como vos, nos acunan desde el corazón.
GAD

julio 09, 2008 8:38 p.m.  
Blogger Maris said...

Juan: es muy lindo lo que escribiste, leerte es conectarse con la vida.
Me da felicidad haberte conocido y dejate acunar...

julio 10, 2008 2:36 p.m.  
Blogger Juan Ignacio said...

gracias

julio 13, 2008 3:33 p.m.  
Blogger Gri said...

Qué bonito! Esto está hermoso!
No sé porqué será pero yo a veces tengo esa necesidad...es algo extraño, es como un impulso, algo espontáneo... y sí, cada vez que puedo recuesto mi cabeza en el pecho de alguna persona a la que le tenga confianza, y trato de escucharle el corazón para no olvidar su latido...es algo que disfruto hacer y aún no entiendo en su totalidad por qué.

Bendiciones!

diciembre 20, 2008 10:38 p.m.  

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