lunes, octubre 19, 2009

hasta dar la vida




Cuando llega el momento de arriesgar la vida por algo o por alguien el momento es oscuro. No es romántico. Nadie se emociona, ni aprueba, como en las peliculas. Los cercanos se asustan, los lejanos desalientan, quiza porque revela alguna mediocridad. Nadie aplaude ni sonrie.
La persona lucha con su propia carne que tiembla por vivir. Los segundos son eternidades amargas. La tristeza se extiende como una insobornable nube negra. La soledad se siente absoluta..Dios está, pero se calla y espera.
La duda lo oscurece todo. Uno venía con una convicción de hierro, con un amor inmortal, y cuando hay que dar el paso de arriesgar la propia sangre o la propia felicidad por esa coherencia las ideas desaparecen y el corazon se enfria. Porque la posibilidad de morir o frustrarse son bien reales. Morirse en serio o frustrarse, que es morirse en vida. Morirse desangrado o torturado. No volver a hacer tal o cual cosa nunca más. La duda relampaguea en el cielo. Estará bien que lo haga? El calvario no es romántico. Para nada.
Para dar el paso no sirve la convicción enorme, ni sirve el amor. Sepan que todo eso desaparece.
Para dar el paso hay que tener pelotas*. Nada más. Despues de dar el paso la persona pasa a los que hacen, sino se queda en los que hablan, por ahí para siempre.

*o los ovarios bien puestos