jueves, julio 24, 2008

Lo mágico


Ella escribe una moneda, le hace una marca personal, mientras él improvisa un pañuelo mágico con un repasador.
Ella sostiene la moneda desde arriba del repasador, él pone sal gruesa y agua en un vaso.
Con cuidado apunta para que la moneda caiga en el vaso. No deja de sentirla hasta que la suelta. La escucha caer. Se levanta el pañuelo y ya no está. Ése es el momento.
Él le dice que busque atrás suyo. Adentro de un frasquito, adentro de otro frasquito, adentro de otro y de otro, está la moneda marcada con los rayos de sol que hizo al principio. Otro momento.

Qué es lo mágico?
Más allá de algo que estaba ahí, que estoy seguro porque lo ví y lo sentí, de golpe ya no está, más allá de que algo aparezca en otro lado, o que cosas desordenadas, como cartas, se ordenen de una forma imposible, que alguien adivine mi pensamiento, lo que no dije, o se libere de ataduras de las que no debería poder liberarse (todas cosas que suelen ser truco en el ámbito de la magia, y pueden ser verdad fuera de él), dónde habita la magia?

Para algunos es el secreto. No sé cómo lo hizo. Parece imposible pero hay una explicación oculta. La magia invita a la humildad.
Para otros es la sorpresa. No me lo esperaba, el resultado no es lógico, la moneda tendría que estar ahí y ya no se la ve, ni se la escucha, ni se la siente. La magia abre la mente.
Para otros es lo misterioso. Despierta el gusto por las realidades que no se ven. Hay cosas que pasan más allá de lo que se puede tocar y ver, y a veces son las más importantes.
Para algunos es un momento. El momento en que el asombro hace que las personas vuelvan a tener mirada de niño. Esa magia es bien real. Yo la vi.

sábado, julio 12, 2008

Te extraño. Espero el momento de volver a verte.
Perdón por mis sombras..

Recordar

Viene del latín re-cordare, cordare de la raíz cor/cordis: corazón. El significado es "volver a pasar por el corazón". Está bien lejos de ser algo melancólico o negativo, es volver a los tesoros guardados, profundizar lo que sentimos y lo que aprendimos, de lo vivido.

lunes, julio 07, 2008

"Como quien oye llover"


El actor invita a alguna persona del público a jugar con él. No es la primera vez que interactúa con la gente que ya lo aplaudió varias veces desde que empezó la obra.
Acaba de decir que es difícil pedir porque muchas veces nos encontramos con un no. Y nos cansamos de pedir. El actor está pidiendo.
Finalmente una mujer levanta la mano, le agradece y la va a buscar. Mientras la lleva al escenario le hace preguntas para conocerla un poco, y le pregunta cuándo fue la última vez que la acunaron. Dice que hace rato no tiene padres y él responde que el juego es ése. Se sienta en una mecedora, y la invita a dejarse acunar. A recordar lo que era confiar en otro, animarse a recibir, descansar en otro.
Al principo todo el público se incomoda junto con la mujer. Después de años, dejarse acunar por un extraño es difícil. Pero ya pasó adelante, todos la están mirando, y lo hace. Se la nota tensa, él la invita a reclinar la cabeza sobre el pecho y a relajarse, y habla de acunar.. la sensación de seguridad, sentir el latido del corazón del otro, notar que respira, entrar en contacto con la vida del otro que nos cuida.
La escena es fuerte. Tan fuerte que hace recordar las veces que fuimos acunados. Tan fuerte que dan ganas de acunar a los que queremos.
Si alguien, con lo que hace, puede hacer crecer la vida, crece el sentido de lo que hacemos, sea actuar...o lo que sea.

domingo, julio 06, 2008







Hay algo que no se puede inventar. El esfuerzo no lo hace, el tiempo tampoco..uno puede compartir mil cosas, y pasar más de la mitad del día con un compañero de trabajo, y no lo eligiría para pasar una tarde tranquila. Uno puede querer que pase con tal, pero si no pasa no pasa, y no va a pasar. Te das cuenta al principio, no se descubre después de mucho.
Entonces, de qué depende?

Ah, qué es? la conexión. Esa conexión única, irrepetible que hay con algunas personas, y con otras no, a distintas profundidades.

Depende de la personalidad? de los gustos personales? pareciera que es más profundo, que tuviese que ver con el alma, el centro, capaz que en la mirada se ve a veces pero está bien hondo.

Insisto, no se puede fabricar, esa conexión no depende de la libertad. Los encuentros sí dependen de la libertad, pero esa conexión no. Podemos encontrarnos un millón de veces con gente que está al lado y conectarnos mucho más en una semana con alguien que parece que esperábamos hace mucho. Y que esa conexión permanezca en la distancia. Y que permanezca en el tiempo.

Depende de Dios? es Dios que, en su libertad, piensa las conexiones al principio y se divierte haciendo encuentros en el medio de multitudes? la verdad es que no sé, pero me gustaría.

Cuando compartía mucho con una amiga musicoterapeuta encontré un texto que decía que cada uno, con su personalidad y su alma, es música para otros, y hay quien sabe escucharla y disfrutarla, y quien no. Cada sonido es único como el timbre de voz. Toda música es para ser disfrutada por alguien. Es gratificante hacer música, y descubrir que cuando otros la escuchan, no pueden prestar atención a otra cosa. Me gustaba mucho la música que hacía mi amiga con sus gestos, nuestros códigos y su risa. Por ahí es eso. Otra amiga lo escribió perfecto al principio de su blog.
http://huellasdelcamino.blogspot.com/
Decía que con las personas puede ser parecido a con los diapasones..cuando un diapasón vibra, puede hacer vibrar a otro que esté en reposo, si tenían la misma frecuencia.

jueves, julio 03, 2008

2da parte

Le mostré lo que escribieron.. le volvió a brillar la mirada.
Gente desconocida se preocupaba, creo que eso le ató la esperanza al cuerpo, y le compartí lo mío: hace un tiempo me di cuenta de que en varias relaciones los demás se habían acostumbrado a que yo tomase la iniciativa, y si yo no me movía, había cada vez menos. También me pregunté si valía la pena y me di cuenta de que era una cuestión de opciones. En algunas elegí seguir tomando la iniciativa, en otras traté de que fuera más repartido el esfuerzo, y en otras dejé que fuera la otra persona quien tomara la iniciativa, si quería. Elegirlo me devolvió la paz.
Le dije que nuestra incondicionalidad es de barro, pero es, y no es poco.
Sonrió, y me dijo que ya había decidido seguir siendo como es y dando lo que da, y que después de haberlo decidido había recibido un gesto incondicional muy fuerte, y estaba agradecido y renovado.

En alguna parte, un cordero no mató a una rosa, y eso nos afecta, a nosotros...a todos.